P. Serví a nuestro país, me sucedieron algunas cosas serias y durante años no pude ver la otra cara. No quería volver a casa y conocí a otra persona. Lastimé a mi esposa y a mi familia. Es algo con lo que vivo todos los días, pero no tengo ningún deseo de reconciliarme. Intento participar activamente en la vida de mis hijos, pero mi ex interfiere constantemente, creyendo que está protegiendo los sentimientos de los niños al impedir nuestra interacción. ¿Qué hago? Estoy haciendo todo lo posible, pero mi ex no parece poder olvidar que la engañé y que eso está interfiriendo en mi relación con mis hijos. Están sufriendo mucho más ahora que al principio de este lío. ¿Cuál es la buena etiqueta para exparejas?
R. Sé muy poco sobre tu historia, pero parece que lo que estás diciendo es que enfrentaste algún tipo de trauma mientras estabas en el servicio y sientes que reaccionaste de manera diferente a como lo harías ahora. No es que quieras reconciliarte, sino que podrías haber manejado la separación de manera diferente. Una vez que se despeja el polvo, muchos de nosotros analizamos nuestras acciones en algún momento y deseamos haber tomado otro camino. Sé que estoy siendo filosófico aquí, pero eso es lo que significa aprender de nuestros errores. El problema que enfrentas es que, a raíz de tu aprendizaje, lastimas a las personas más cercanas a ti. El trauma que enfrentamos en nuestras vidas no solo nos afecta a nosotros.
Entonces, la pregunta en este punto es ¿cómo superar un dolor tan grande para poder criar a los hijos juntos con éxito? Honestamente, son dos cuestiones distintas: superar el dolor y criar a los hijos juntos, pero están relacionadas. Sin embargo, tal vez no tanto como crees. Puedes estar decepcionado, herido y enojado, y aun así tomar buenas decisiones para tus hijos. Es difícil, pero puedes hacerlo. ¿La clave? Ambos padres deben amar a sus hijos más de lo que se odian mutuamente. Eso significa que debes separar las emociones negativas que sientes de las decisiones que deben tomar juntos para tus hijos.
Podrías pensar: “Es fácil para ti decirlo. Estás sentado frente a una computadora y no viviendo mi vida”.
Nunca restaría importancia al dolor de nadie, y lidiar con la traición, ya seas tú el que ha traicionado o el que ha sido traicionado, es difícil en muchos sentidos. Sigue siendo así. Pero aunque los padres estén distanciados, enojados, dolidos y desilusionados, sus hijos necesitan orientación y sentirse seguros ahora más que nunca. Esta es la esencia de la buena etiqueta para ex padres y la razón por la que la regla principal de la buena etiqueta para ex padres es: “Ponga a sus hijos primero”. Si lo hace, aunque no es fácil cuando se enfrenta a emociones fuertes, puede tomar decisiones en nombre de sus hijos y no en represalia por el dolor que siente. Cuando todo está dicho y hecho, esa es la mejor etiqueta para ex padres. Con suerte, tanto usted como la madre de sus hijos lo verán y seguirán tomando decisiones en consecuencia.
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